1. - PLANEA CÓMO INTRODUCIR EL TEMA Y PON CLARO EL PROBLEMA.
Lo haría en un momento donde no hubiese mucha gente, sólo la persona del conflicto y yo.
2.- SE EL PRIMERO EN TOMAR LA INICIATIVA.
Le sacaría el tema y le diría lo que ocurre.
3.- ESFUÉRZATE EN COMPRENDER ANTES DE SER COMPRENDIDO.
Escucharía primero la versión de la otra persona, me pondría en su lugar y después daría mi opinión.
4.- CONFIESA TU PARTE EN EL CONFLICTO.
Explicaría lo que sucede por mi parte, mi versión del conflicto y los hechos que yo he visto.
5.- ENFÓCATE EN SOLUCIONAR EL PROBLEMA, MÁS QUE EN BUSCAR UN CULPABLE.
Me centraría más en solucionar las cosas con esa persona, ya que lo que pasó, pasó y no sirve de nada buscar un culpable.
6.- INVOLÚCRATE EN SER PARTE DE LA SOLUCIÓN, NO DE OTRO PROBLEMA.
Lógicamente, hay que centrarse en solucionar el conflicto principal porque al ponerse a discutir creamos más conflictos aún.
7.- HAZ MÁS INCAPIÉ EN LA RECONCILIACIÓN CON LA PERSONA QUE SOLUCIONAR EL PROBLEMA.
Hay que poner más empeño en que el objetivo sea estar bien con la otra persona y dejar el problema a un lado.